El globo vapuleó a Argentinos Juniors, y con una gran
actuación, se reivindicó de lo que habían sido cinco encuentros muy flojos en
el torneo local. Ábila en tres ocasiones y Flores en contra, sellaron la
goleada del equipo de Apuzzo.
Huracán fue otro equipo muy distinto a lo que nos habíamos
acostumbrado a ver. El cambio no sólo se vio en la alineación —ingresaron
Balbi, Villarruel y Puch— sino que también se percibió en la actitud del equipo, que desde un
primer momento ahogó a su rival e intentó jugar el partido en el campo
contrario. A partir de esto, aprovechó el buen funcionamiento de los
mediocampistas, la gran aparición del chileno Puch y la astucia de Wanchope —
que en esta ocasión no estuvo tan solo— para dominar a un rival que lució endeble,
pero que más allá de esto venía invicto y no era nada fácil.
El conjunto quemero deberá explotar al máximo estas semanas
sin partidos entre semana para obtener la mayor cantidad de puntos, y hacer un
buen papel en el torneo local. Destaco el planteo, y creo que Apuzzo tiene que
seguir insistiendo con este esquema y estos nombres, y alinear un equipo que
esté diseñado para mirar al campo contrario y no replegarse en el propio, aprovechando las
individualidades de las que disponemos, pensando no sólo en los choques de la
competición local, sino también en los encuentros por Copa Libertadores, ya que
probablemente Universitario buscará cerrar los espacios e intentará llevarse al menos una unidad, y obligará al globo a desarrollar un juego similar —ofensivo e intenso— al del encuentro del domingo.
Con el apoyo de Mftatto, los puntajes de la goleada de Huracán:
Con el apoyo de Mftatto, los puntajes de la goleada de Huracán:
Díaz: 6 – En su primera intervención, falló y de no ser por
Balbi, Argentinos se hubiese puesto en ventaja. Luego, no pasó demasiadas
zozobras y respondió bien cuando lo exigieron.
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Mancinelli: 6 – A diferencia de otros encuentros, se
involucró más en la zona ofensiva, y por momentos jugó en tres cuartos de cancha al
ritmo del equipo, que presionaba a Argentinos en su campo e intentaba
desbordarlo por las bandas (a partir de esto el globo se pondría en ventaja).
En el aspecto defensivo, no tuvo mayores inconvenientes y estuvo sobrio para
marcar.
Nervo: 6 – Levantó su rendimiento tras un muy flojo
encuentro en el clásico ante San Lorenzo. Estuvo atento para hacer los relevos,
y para cubrir las espaldas de Mancinelli y Domínguez. Por momentos, al igual
que el resto de los defensores, abusó del envío largo; sin embargo, completó un
partido correcto y es positivo que se vaya adaptando a los movimientos
defensivos del equipo.
Domínguez: 6 – Otro buen encuentro de Eduardo, que venía
exhibiendo un buen rendimiento y lo mantenía con regularidad (exceptuando el
clásico), y hoy volvió a mostrar la misma serenidad y providencia para despejar
el peligro sin complicarse demasiado. No hay dudas de que es el pilar de la
última línea.
Balbi: 6 – Correcto y prolijo como de costumbre. Huracán
extrañaba el hecho de contar con un “3 de libreto”, que acierta más de lo que se equivoca, jamás desprotege su sector, sabe cuándo debe incorporarse al ataque y tiene la resistencia física para
recorrer toda la banda. En lo que va del campeonato, es uno de los más
regulares del equipo. El globo perdió mucho con su ausencia en Bajo Flores.
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Villarruel: 7 – Al igual que Balbi, volvió al equipo y se
hizo sentir, ya que brindó el equilibrio y la intensidad necesaria para que el
mediocampo funcione a un ritmo dinámico. No suele ser un jugador que salga en las portadas de los
diarios, pero su labor es indispensable, y posee atributos tanto de un enganche
como de un mediocentro defensivo. Sin dudas es un jugador completo en todas las
facetas, que le da otro color al equipo por su doble función.
Vismara: 8 – El equipo se mueve a su ritmo, y cuando él está
en una buena noche, todo se desenvuelve mejor. El ex Instituto manejó los tiempos del
medio, fue vital para auxiliar a la defensa y recuperar el balón, cubrió bien los espacios y estuvo
más preciso que de costumbre en la distribución del esférico —incluso conectó una asistencia notable para que Ábila marque el cuarto tanto de la noche quemera—
Gamarra: 6 – El hecho de no contar con un volante externo
neto, obliga al DT a asignarle esa labor, y por consiguiente adjudicarle,
también, la responsabilidad de marcar; por lo que debe recorrer toda la banda y pierde fuerza y
oxígeno para ser desequilibrante en los últimos metros. Dicho esto, es
entendible su participación en cuentagotas en la generación de juego.
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Toranzo: 8 – Le cambia la cara al equipo. Qué mejor
expresión para definir el trabajo del pato, quien suele ser un jugador con
baches, pero que ya ha demostrado que cuando está encendido le otorga a Huracán otra jerarquía, ya que tiene la capacidad de sacarse las marcas de encima y
generar espacios para sus compañeros, tarea esencial para todo conjunto. Actuación destacada del ex River, que participó activamente en los primeros tres goles. Lo
necesitamos siempre en este nivel.
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Puch: 8 – Poco bastó para que el DT se decidiera por el chileno —apenas unos minutos ante Gimnasia y San Lorenzo— que se mostró eléctrico, y fue el socio que tanto necesitaba Ábila. El ex Al Wasl
sorprendió gratamente al público quemero, puesto que se movió por todo el frente de ataque, asistió a Wanchope en el tercer gol, fue una
alternativa constante para los delanteros, y una incógnita para los defensores
rivales ya que jamás tuvo una posición fija y demostró que es un dotado con el
balón en los pies. Jugando a este nivel, sólo Espinoza podría llegar a
desplazarlo del once titular. Mientras tanto, es un futbolista de esos a los que debemos disfrutar
en cada encuentro.
Ábila: 10 – Con Puch a su lado, Wanchope
dejó atrás su función de “9 de choque”, logró soltarse y abocarse de lleno a cazar goles, y lo hizo a la
perfección, ya que convirtió tres (y medio), y acalló a todos los que lo
habíamos señalado por su enemistad con la red. El ex Instituto nos dejó en
claro que si está bien acompañado, su rendimiento es otro. Ojalá Apuzzo pueda
hacer la misma lectura.