jueves, 12 de febrero de 2015

#Los puntajes, por Agustín Macri

Lo viste pasar, merodearse por el aire como aquellas hojas de otoño, que antes de deslizarse sobre la superficie, se mueven al ritmo de una brisa que pareciera darle sentido a su caída, a su existencia y por qué no también al árbol que la contenía. 


Ayer, lo que divisaste no fue una hoja. Quizás, el efecto y las sensaciones provocadas fueron similares. Quizás también ese objeto -¿es un objeto, o es parte de tus sueños, aquello que te despierta sensaciones que aún no logras extrapolar, pues sólo se presentan en aquel mítico lugar- le da sentido a tu existencia. El elemento en cuestión es nada más y nada menos que el globo. Aquel que viste pasear por la Bonavena, pasmado, ya que notaste que en esta ocasión vos, que estabas con tu casaca blanca y roja, eras el protagonista. Lo movías, lo empujabas, eras el como el  viento que guía a aquella hoja. Él te daba sentido a vos, y vos le dabas sentido a él.

El martes presenciamos el comienzo de algo grande. Sí, tan grande como Huracán. La justicia poética empezó a hacer su trabajo, porque el globo, que hace seis años había pasado de disfrutar a uno de los mejores equipos del fútbol argentino, en pocos meses descendió a la B Nacional. Entre noviembre y diciembre, vivió exactamente de lo contrario, ya que estuvo a punto de caer en el peor de los infiernos, y hoy es campeón, está en primera y, de la mano de Apuzzo, se metió en la segunda fase de la Copa Libertadores, con un equipo que dará que hablar en el plano internacional.

Respecto al partido en cuestión, Huracán jugó un partido inteligente, con una “marcha” menos, teniendo en cuenta que el plantel es corto, y que la serie estaba más que definida. El marco, quizás, exigía que el equipo brinde un poco más, pero si lo analizamos fríamente, fue una decisión acertada, pensando en el partido del domingo ante Unión de Santa Fe. A pesar de todo, el conjunto dirigido por Néstor Apuzzo fue más que Alianza Lima, y tuvo seis o siete situaciones claras para ponerse en ventaja.

En esta ocasión, sólo podemos destacar el orden defensivo, ya que Mancinelli se consolidó como lateral, Nervo ingresó bien y soportó la presión de jugar ante más de 35.000 personas —en Arsenal la cosa era bien distinta—, Domínguez demostró que “saca pecho” en los partidos decisivos, y Balbi confirmó su buen nivel. La deuda estuvo en el mediocampo, ya que Vismara y Villarruel no tuvieron la velocidad y la precisión necesaria para iniciar los contragolpes, y Toranzo, a diferencia del partido de ida, jugó un partido sin muchas luces. En los últimos metros, Ábila volvió a evidenciar toda su extravagancia —si entraba la media chilena, se hubiese posicionado como uno de los mejores goles de la Copa Libertadores—

Con el apoyo de Mftatto, los puntajes del empate ante Alianza Lima:
Díaz: 6 – Rápido, ágil y atento. Si bien sólo tuvo dos o tres intervenciones, estuvo sobrio para salir a apurar, achicar y responder ante cualquier yerro de la última línea.
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Mancinelli: 5 – Irregular encuentro, en el que fue superado en algunas ocasiones, y estuvo muy firme en otras. En un partido sin demasiados sobresaltos, fue el más vulnerable de la defensa. Lo positivo es que sigue sumando minutos en el puesto de lateral derecho, donde el globo no tiene demasiado recambio, es por eso que es vital que el pelado se afiance en esa posición.
Nervo: 6 – Buen debut del joven pero experimentado marcador central. Cometió algunos errores, pero en líneas generales completó un buen partido, demostrando solidez en el juego aéreo, potencia física y jerarquía para jugar con la pelota en los pies. Aún deberá pulir algunos detalles, pero, para ser el debut, exhibió condiciones más que prometedoras.
Domínguez: 6 – Por suerte para Huracán, mantiene la tendencia de elevar su rendimiento en los partidos importantes. No sólo que no falla, sino que también demuestra toda su experiencia, anulando a quien se le presente y siendo la voz de mando de la defensa. Sin dudas, ya es un baluarte indiscutido.
Balbi: 6 – Confirmó lo que había hecho en el partido de ida. Por una cuestión táctica, y porque el partido así lo pedía, no tuvo demasiada incidencia en los últimos metros, pero fue una garantía en la marca, ya que no fue desbordado en ninguna ocasión, no se complicó demasiado con el balón en los pies, ni cometió errores.
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Villarruel: 5 – Aceptable encuentro de Lucas, que aportó marca y sacrificio, pero que no logró conectarse ni con Vismara ni con Toranzo para generar fútbol. En un partido flojo de Huracán, no sobresalió ni quedó en deuda en relación a lo que mostraron sus compañeros.
Vismara: 4 – Flojo partido de Federico, que volvió a exhibir un rendimiento similar al del semestre pasado, ya que no estuvo lúcido para aprovechar los contraataques, estuvo impreciso con el balón y ofreció un ritmo un tanto más bajo respecto al partido de ida.
Toranzo: 4 – Muy poco de Toranzo, que en esta ocasión estuvo inhibido, ya que no jugó con la libertad del encuentro anterior, ni tuvo la precisión y el ímpetu para hacerse cargo de las acciones ofensivas del equipo. En un momento tan decisivo, necesitamos que el Pato mantenga un nivel más continuo.
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Gamarra: 6 – Nuevamente, volvió a demostrar que no le pesa la titularidad, y que tiene unas cualidades notables. Fue el mejor del mediocampo, y si bien no mantuvo un ritmo constante –el partido no se lo permitió, ya que la mayor parte del partido Huracán esperó, y no tuvo el balón–, habilitó a Torassa, en el primer tiempo, y Ábila en el segundo, con una jerarquía notable. Condiciones le sobran, sin lugar a dudas. Habrá que ver cómo logra adaptarse –física y mentalmente– a lo que se viene.
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Torassa: 5 – Al igual que el partido de ida, reveló una faceta distinta a lo que solía hacer en All Boys, retrocediendo para incomodar la salida del rival, y obligando el error de la defensa peruana. Nuevamente, fue el jugador que más metros recorrió y, si bien no fue trascendente en los últimos metros ni le generó peligro a la última línea, completó un partido correcto, ya que fue vital para este esquema compacto, y jugó con una intensidad y un sacrificio notable.
Ábila: 6 – El mejor de Huracán. A pesar de que no pudo convertir, fue el comandante de todas las acciones de ataque del globo. Fue inteligente para utilizar su cuerpo, y ganar la posición del balón, y también desplegó buenos recursos para dejar en el camino a los rivales. Al igual que a sus compañeros, no le pesó el hecho de jugar la Copa Libertadores, y exhibió la misma extravagancia que en torneos menores –destaco especialmente una fascinante media chilena, que hizo delirar al pueblo quemero–.

Agustín Macri 
@Agustín Macri